Era una ninfa, hija de un noble ateniense, que fue amada por Acontio. Esté joven aprovechó que Cidipe estaba haciendo sus sacrificios para lanzarle una manzana en la que estaba escrito " Juro casarme con Acontio ". Cidipe cogió la manzana leyó en voz alta la inscripción y la arrojó. Pasó el tiempo y el padre de Cidipe la prometió en casamiento, pero antes de casarse Cidipe se ponia enferma y así ocurrió tres veces. Extrañado el padre de Cidipe acudió al oráculo de Delfos para pedir consejo y le contestaron que las enfermedades las habia mandado Artemisa en castigo por perjurio a su hija. Al enterarse de aquello el padre terminó dando a Cidipe en matrimonio a Acontio.
Per a nosaltres, les paraules tenen únicament un referent humá, pero en canvi, per als grecs, están vinculades a lo diví. Per aixó, prometre en vá no soles destrueix el ordre social humá, sinò que ofén als déus. Que bé que sap Acontio aquestes coses ! . La deesa Artemis no castiga a l'enamorat, sinò a l'inocent doncella que ha violat el llenguatge, perque per als déus les paraules sòn sagrades. La recuperació d'un pensament fort comença agafant-se el llenguatge seriament i otorgant a les paraules la força que els correspon.
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