Decía el emperador Marco Aurelio en sus Meditaciones: "Palabras habituales en otro tiempo son ahora términos raros". Así parece ocurrir con palabras como verguenza y seriedad. Éstas, entre otras, han pasado a ser rara verba porque no sólo se las ha dejado de valorar como positivas sino que han pasado la frontera y están en el apartado de las anticuadas. Ahora se llevan sus antónimas: el atrevimiento y la frivolidad. ¿Cómo explicarse si no es así lo que vemos acontecer en casi todo lo que nos sale al paso?. Incluso en aquello que creíamos "leyes no escritas" el atrevimiento ha tomado las riendas y parece reirse de nosotros.
Después de confesar cierta debilidad por el estilo y las novelas del autor que ha obtenido el premio Planeta de esta última edición decidí adquirir la obra premiada. Empezar a leerla y empezar a desilusionarme fue casi simultáneo.
El Mundo es una historia bastante caótica que discurre hacia adelante o hacia atrás al antojo de quien hilvana la obra a golpe de recuerdo. Formada por historias cortas sin demasiado gancho que pretenden ser ¿biográficas? se engarzan sin ton ni son, pero lo peor no es eso: al llegar a la página 18 me topé con la mención expresa del título real de una de las obras del propio autor y que por supuesto se auto-atribuía. Primero pensé que era un "guiño" hacia sus lectores habituales pero conforme avanza la novela las constantes menciones a otras obras suyas me empezó a parecer un total atrevimiento. ¿No es anónimo el texto que opta a conseguir el premio?.
No contento con ir dejando caer los nombres de sus novelas, el narrador en primera persona lleva, por supuesto, el nombre de pila real del novelista y allá por la página 230, a punto de acabar el libro te encuentras con el apellido, por si había alguna duda sobre la autoría.
Sabido es que antes de conocer el premio del ganador ya se barajan nombres pero esto es el colmo de falta de seriedad. Yo creía que cuando se "concursa" o se opta a algo, lo importante son los méritos que se aportan y ceñirse a unas reglas básicas de objetividad.
Eso de que el NOMBRE (y la fama) sea lo primero me parece totalmente injusto. ¿Qué pasa con los escritores noveles? Y ¿qué pasa con los que somos tan anticuados que todavía creemos que las reglas están para cumplirlas?.
Para desgracia de los que no nos movemos en esos "altos círculos literarios", la vida corriente nos pone delante las correspondientes dosis de atrevimiento y falta de seriedad para que cada vez nos sintamos más animados a cambiar de "bando" y abandonar las viejas y trasnochadas costumbres de ceñirnos a las normas porque eso ya no se lleva. Ahora lo mejor es ir de "atrevido" y buscar la manera de conseguir lo que interesa como sea.
Parafraseando a Cicerón: O tempora, o mores!!
6 comentarios:
Me ha parecido una reflexión interesante y por eso la he mandado a meneame
Jo també sóc fan de Juan José Millás, però no m'he atrevit a llegir el llibre perquè d'altres fans de Millàs m'han parlat foc i flama. Ja fa temps que el Planeta és un premi completament desprestigiat, perquè només busca fer calaix i no descubrir nous talents literaris com passava als seus inicis. Llàstima!! Tot es desvirtua...
I tens raó quan dius que avui dia amb honradesa i sinceritat no vas enlloc. T'ho dic per experiència. És el triomf de la moral curta i la cara dura per sobre dels valors tradicionals. I ja m'estic cansat de quedar-me amb el consol de dir: "sí, però jo tinc la consciència tranquil·la". qui em coneix, diu que m'estic tornant més malvat i cruel (bé, encara un aprenent al costat de tanta mala persona com hi ha per ahí solta).
siento la atracción del lado oscuro de la fuerza... jejeje
Gracias Ana por la difusión. Un beso.
Tu i jo sabem, Jose, que malgrat els nostres intents per mantindre´ns al marge de les "modes", també nosaltres estem pringats, cansats i de vegades dominats per l´atracció del que és més còmode: aprofitar-nos i manipular per a traure profit sense entrar en valoracions morals o ètiques. Gràcies pel comentari i per seguir en el "bando" dels ingenus (o quasi).
Merxe, per favor, no sigues innocent. Ja t'ho ha dit Jose, que amb sinceritat i honradesa no se va enlloc, però això no vol dir ni que tu, ni jo, ni Joseé, ni molta altra gent que no necessitem -per sort- la Literatura, ni la Política, ni la Imatge, per menjar, no puguem seguir vivint amb sinceritat i honradesa.
Els premis literaris fa anys que viuen, com la política, en el fang de la corrupció: igual que se fabriquen líders polítics de laboratori (guapos per fora, fofos per dins: encara que alguns també són lletjos per fora) i se manipulen els censos i els mitjans de comunicació (el poder continua a mans del capital i les multinacionals que financien el bipartidisme) perquè tot siga "atado y bien atado" (Franco dixit), els premis literaris segueixen l'economia de mercat i de guanyador marcat (al Planeta encara més: recorda Cela). Això, però, no significa que Cela o el mateix Millàs no siguen uns autors de gran nivell... fora de l'encàrrec per guanyar el Planeta.
Independentment de les seues altres obres, si u per tal de guanyar el Planeta, ha de caure tan baix, potser és que no és tan bon escriptor.
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