martes, abril 29, 2008

SIN SUPEREGO


Desde el momento del nacimiento la preocupación de los padres se centra en el primer estadio básico: la alimentación y el crecimiento del bebé. Es lo mínimo para garantizar el desarrollo y la salud del niño.

En nuestra sociedad consumista hay inmediatamente un segundo estadio (no básico) que se basa en demostrar que al bebé no le falta de nada y la mejor forma de demostrarlo es vestirle con ropa de "marca". Me resulta jocoso ver cómo a temprana edad ya lucen "cuadros" y demás señas de identidad que se relacionan con "gente fashion" a las que se reconoce por el "envoltorio".

Un tercer estadio, absolutamente descuidado por las generaciones con las que convivimos, es formar y dotar a los retoños de lo que Freud denominaba "super ego". Nuestros jóvenes adolescentes y algunos que deberían estar en una fase ya adulta exhiben una total carencia de esa parte constituyente de la personalidad que contrarresta al "id", es decir, a la parte primitiva, desorganizada e innata de la personalidad, cuyo único propósito es reducir la tensión creada por pulsiones primitivas relacionadas con el hambre, lo sexual, la agresión y los impulsos irracionales. Comprende todo lo que se hereda o está presente al nacer, se presenta de forma pura en nuestro inconsciente. Representa nuestros impulsos, necesidades y deseos más elementales.

El "ello" o "id" es responsable de los sueños donde aflora de manera inconsciente.

La falta de superego y la tirania del id y del ego ocasionan en nuestro habitat dos tipos de personalidades: una minoría casi extinguida de personas que antes de actuar evalúan las consecuencias que se podrían derivar de su actuación y una enorme mayoría que no sólo no hace una evaluación previa de sus actos sino que "pasan" absolutamente de lo que puedan sentir, pensar o sufrir los que comparten su existencia.

¿Por qué los padres no cultivan el superego de sus hijos? . ¿Está anticuado? ¿Es autofrustrante?.

Las respuestas las deben tener los sociólogos o los psicólogos.

Las consecuencias las pagamos todos: educadores, padres y ciudadanos en general, que estamos abocados a la desesperación (por la impotencia) o a la soledad (por la falta de adaptación al medio).

Nuestra sociedad necesita revalorizar el superego porque según definición freudiana es la expresión interna del individuo con relación a la moral de la sociedad. Se refiere a la fuerza que induce al individuo a seguir los códigos éticos de conducta impuestos por la sociedad en la que se encuentra. Freud considera la conciencia moral, la autoobservación, la formación de ideales, como funciones del superego. Actúa en contraposición directa a los impulsos del id.
El superego se forma en la fase edípica, por la introyección de las normas paternas. Según Freud, la formación del superego es correlativa de la declinación del
complejo de Edipo: el niño renunciando a la satisfacción de sus deseos edípicos marcados por la prohibición, transforma su catexix sobre los padres en identificación con los padres, interioriza la prohibición. La renuncia de los deseos edípicos amorosos y hostiles (Edipo Completo) se encuentran en el origen de la formación del superego, el cual se enriquece según Freud por las aportaciones ulteriores de las exigencias sociales y culturales.

Nosotros, los profesores, (en teoría) formamos parte de esas aportaciones ulteriores pero la base está en la familia y si no se cuida el superego en casa poco podemos hacer en la escuela.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Bé, però açò ja ho sabiem, no? O és que ens pensavem que actuavem bé en les actuacions "antifrustrants" que hem portat a terme i que, en el cas de l'educació, han acabat amb ella, perquè si els expliquem coses, potser es frustren, si no tenen allò que volen es frustraran... Així que no és tan extrany, les nostres accions, per sort o per desgràcia, tenen conseqüències.

M dijo...

Aquest és un tema del qual crec que hauríem de ser tots més conscients perquè és el que guía el nostre comportament i com bé dius, també influeix a la gent que ens rodeja.
Sense dubte,sóc partidària de que la educació ha de vindre de casa encara que siguen el professors els que a voltes s'encarregen de pulir-la.

Beatriz dijo...

Hola,soy Beatriz.
Este post me ha parecido muy interesante y en mi opinión tiene mucha razón. Yo pienso que los padres en lugar de preocuparse por quien viste mejor a sus hijos, tendrían que interesarse por ayudarlos a crecer como personas. Es decir, formarlos con unos principios de respeto y ayudarlos a cultivar el "super ego", que es tan importante en la personalidad de la persona y demustra su gradi de madurez.

Anónimo dijo...

Estic d'acord amb la necessitat urgent de la revalorització del superego i des d'on s'hauria de potenciar. Sembla ser que la tirania del id és massa palpable avui en dia, i tal vegada pot ser que vinga donada perquè des d'on s'auria d'afavorir el creixement i nodrir el superego, el que es troba és també el regne d'un id que no va deixar créixer,en el seu moment, al superego en qüestió. Carmen

G. Cruz Ríos dijo...

Muy interesante este post, es curioso como los europeos y las europeas piensan, hablan y hasta sienten de manera racional y lógica desdichadamente actuan de otra manera, se quejan de materialismo gastando lo impensable en lo suplerfluo, critican a los demás pueblos del mundo por atrasados y tienen más xenófobos por metro cuadrado que ningún otro lugar del planeta.

Y sobre el tema de los hijos es curioso que esperen de ellos la compasión y compresión hacia los demás, cuando la gran mayoría son hijos únicos o a lo sumo 2 por familia, mimados y criados como príncipes y príncesas.

De todas formas gracias por generar temas y hablarlos abiertamente, saludos desde la subdesarrollada Costa Rica.

¿Espero qué sepan desde dónde escribo?

merleta dijo...

Gracias por tu comentario. Sé dónde está tu pais y supongo que hablar desde el viejo continente, es hacerlo de una realidad que no es la misma en la que vosotros vivís. La vieja Europa se debate entre temas superfluos y con generaciones "lights" que poco tienen que ver con vivir al otro lado del Atlántico. Gracias de nuevo por leernos y dejar el comentario.Saludos desde Vila-real (Comunidad valenciana)