En mi tercer post dedicado a vicios y adicciones voy a centrarme sobre todo en un modelo de vida que hemos adoptado y que a algunos, como a mí, nos tiene absolutamente atrapados: la prisa.
Creo que la o las prisas se han incorporado de forma tan natural a nuestro modus vivendi que , cuando alguna vez nos planteamos que nuestro ritmo no es correcto ni saludable, nos sentimos abatidos porque no sabemos cómo cambiarlo. Tengo un amigo que se queja mucho del ritmo que lleva y una especie de agujero negro (actividad incesante) lo tiene casi abducido. Yo misma no sólo soy una víctima del vicio de la sobreactividad, sino que cuando veo un hueco en mi agenda busco algún nuevo menester para mantenerme ocupada y más estresada.
Circula por librerías y bibliotecas desde hace varios años una obra que empecé a leer este verano y que no acabé por falta de tiempo que se titula “La sabiduría de la tortuga”, de José Luís Trechera. Es una lectura bastante amena y con importantes referencias a pensadores clásicos.
¿Quién impone la velocidad a nuestra vida? ¿el exceso de actividad? ¿la celeridad de la electricidad? ¿las nuevas tecnologías? ¿el miedo a la inactividad? ¿la era del automóvil frente a la pausada y ecológica bicicleta? ¿el aforismo latino “tempus fugit”? Un cúmulo de posibles respuestas se me ocurren y no sé cuál es la causa primera. Quizás en el fondo la respuesta es filosófica o espiritual y los que no sabemos cómo convertirnos en seguidores del movimiento Slow , tampoco sabemos saborear los beneficios de la introspección defendida por budistas, yoguis y demás corrientes orientales.
El cambio de año es momento de nuevas propuestas y tal vez los adictos a las prisas podríamos plantearnos una desaceleración, aunque lo veo casi tan difícil como quienes pretenden dejar de fumar porque el que viene va a ser un año duro si no lo hacen. De momento para relajarnos podemos oír este tema tranquilo que tanto me gusta.
A todos: FELIZ Y RELAJADO AÑO NUEVO
4 comentarios:
Gracias.
Me ha encantado.
¿Prisas?
Ganas de llegar y empezar de nuevo otra cosa.
Tiempo para hacer y hacer.
Estar aquí pensando en lo siguiente.
Disfrutar antés de llegar, al llegar querer marchar.
Pasar por encima de las cosas, pesan, saben, son una carga, ralentizan, deslizarse, no profundizar.
No estar quietos.
Te dejo, me esperan.
Un beso
En ocasiones mis compañeros y compañeras de trabajo, mis amigos y amigas me preguntan porqué me voy todos los fines de semana al pueblo. Es muy simple: llego y me doy un largo y solitario paseo sin nada especial que hacer, pienso reflexiono y me miro por dentro, ando por andar y es que como he leido en algún lugar que dijo Escipión nunca estuve más activo que cuando nada tenía que hacer ni mejor acompañado que cuando estaba sólo conmigo mismo... Por cierto donde puedo conseguir "La estrategia de la tortuga". Un saludo y felices fiestas.
El libro del que hablo yo lo encontré en la biblioteca de Borriana y lo he visto a la venta en Opencor. Seguro que no es difícil hacerse con él.
¡¡Apúntate ya a la "slow life"!! Como amigo, muchas veces, me estresa saber todos los frentes que tienes abiertos, jejje. Yo tb fui como tú, y ahora ya me ves, el rey de la pachorra, pero cumplidor al 100% con mi trabajo y mis obligaciones (reales, no autoimpuestas).
Solamente entono el "mea culpa" por un asunto que tenemos pendiente. ¡¡Ésa será mi resolución para este Año Nuevo!! (porque lo de adelgazar, ya, ni me lo planteo, jejje).
Y tú, como dirían mis alumnos: "Baixa marxa!!"
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